Los Grammy volvieron este domingo para celebrar su gala 59, con esperadas actuaciones como la de Beyoncé y Lady Gaga, y con premios póstumos para el astro David Bowie.

Y la triunfadora fue la británica Adele, coronada con los premios a Mejor Álbum del año, por 25, Mejor Grabación y Mejor Canción por Hello. Una categoría en la que se impuso a Formation (Beyoncé), I Took a Pill In Ibiza (Mike Posner), Love Yourself (Justin Bieber) y 7 Years (Lukas Graham).

Los nominados a álbum del año junto a Adele (25) eran Beyoncé (Lemonade), Justin Bieber, por Purpose; Drake, por Views, y la cantante estadounidense de música country Sturgill Simpson, que se metió por sorpresa en la lista final con su disco A Sailor’s Guide to Earth.

Pero Adele no se olvidó de sus contrincantes «Beyoncé, te adoro, emocionas mi alma cada día desde que tengo 17 años. Quiero que seas mi mamá», dijo la cantante, que se convierte en la primera artista de la historia que logra hacerse con la victoria en esas categorías principales por segunda vez.

«No puedo aceptar este premio», dijo la artista al recoger el gramófono al mejor álbum del año. «Estoy muy agradecida, pero mi vida es Beyoncé, y el mejor álbum para mí es el suyo, un trabajo monumental y bien pensado. Es un trabajo precioso donde desnuda su alma y podemos ver una parte de ella que no siempre enseña», agregó.

Pero Adele no solo brilló al recoger premios, sino que fue la encargada de interpretar el tributo a George Michael con el que triunfó a pesar de tener que reiniciar la canción tras equivocarse, una de los atros homenajeados en esta edición; el otro fue Prince, en una actuación que también era muy esperada y que finalmente estuvo a cargo de Bruno Mars.

Presentada por James Corden y emitida en directo por CBS, tuvo su gala previa, donde se dieron a conocer los ganadores en 75 de las 84 categorías existentes. En ella destacaron los trofeos a Beyoncé al mejor vídeo musical, por Formation, y los reconocimientos a The Beatles y Bob Dylan.

La celebérrima banda británica fue reconocida con el trofeo al mejor documental musical, por Eight Days a Week, mientras que el reservado cantautor estadounidense se llevó el premio al mejor álbum histórico, por The Cutting Edge 1965-1966: The Bootleg Series, Vol. 12 (Collector’s Edition). Además, la estatuilla al mejor álbum de dance o música electrónica fue para Flume (Skin).

Durante esa ceremonia previa se anunciaron las victorias del maestro John Williams a la mejor banda sonora para un medio visual, por Star Wars: El despertar de la fuerza, y de Justin Timberlake (junto a Max Martin y Shellback) a la mejor canción escrita para un medio visual, por Can’t Stop the Feeling.

Otro nombre destacado fue el de Chance the Rapper, que se alzó con los premios al mejor artista novel, mejor álbum rap (Coloring Book) y mejor actuación rap (No Problem, junto a Lil Wayne y 2 Chainz) en una gala que contó con varias actuaciones para el recuerdo.

Sin duda, el momento más comentado de la velada fue la irrupción de Beyoncé como diosa dorada de la fertilidad, emocionando al personal con los temas Love Drought y Sandcastles, para ceder el testigo poco después a una espectacular Katy Perry, que presentó su nuevo sencillo Chained to the Rhythm.

Y tras Maren Morris y Alicia Keys (Once), un torbellino irrumpió en la ceremonia de la mano de Metallica y Lady Gaga con Moth into Flame, una incendiaria cima -afeada por los problemas en el micrófono de James Hetfield- a la que siguieron A Tribe Called Guest y Anderson .Paak (Movin Backwards) y Chance the Rapper (How Great), entre otros.

Además de ver quién se llevaba más premios a casa, el gran aliciente de la gala eran otras actuaciones como las de John Legend, Alicia Keys, Carrie Underwood, The Weeknd, Keith Urban, Adele, Nicole Beharie, Daft Punk, Bruno Mars, Beyoncé, que se subió por primera vez a un escenario tras anunciar su embarazo múltiple y Katy Perry, que presentó su nuevo álbum, después de tres años sin sacar disco.

Beyoncé, con nueve candidaturas; Drake, Rihanna y Kenye West, con ocho; Chance the Rapper, con siete; Adele y Twenty One Pilots, con cinco y Justin Bieber, con cuatro, eran los principales protagonistas de la noche mundial de la música y en la que la estadounidense National Academy of Recording Arts and Sciences reconoce a los mejores artistas del pasado año.

Críticas a Trump

Entre las críticas a Trump, especialmente poderosa fue la valiente escenografía de A Tribe Called Quest y Busta Rhymes, que tiraron abajo un muro, hablaron sobre el poder de las minorías y enviaron un mensaje de diversidad al mandatario, a quien denominaron «presidente naranja».

Katy Perry actuó ataviada con un brazalete que decía «Resiste», mientras de fondo aparecían las palabras We The People junto a otras referencias a la constitución de EEUU.

E incluso Jennifer López aseguró que vivimos un momento donde las voces de los artistas «son más necesarias que nunca». «No hay tiempo para la desesperanza, no hay lugar para la autocompasión, no hay necesidad para el silencio ni espacio para el miedo», añadió.

Bowie

El británico David Bowie, fallecido en enero de 2016, se hizo este domingo con los primeros premios Grammy musicales de su carrera, e hizo pleno llevándose los cinco a los que aspiraba.

Bowie se impuso en las categorías de mejor canción rock (Blackstar), mejor actuación rock y mejor álbum de música alternativa. También se coronó en los campos de mejor diseño (compartido con el director artístico Jonathan Barnbrook) y mejor ingeniería musical en un álbum de música no clásica (junto a Tom Elmhirst, Kevin Killen, Tony Visconti y Joe LaPorta), todos ellos por su último disco, Blackstar.

El rockero británico previamente había conseguido en 1984 un Grammy al mejor vídeo en formato corto, por Jazzin’ for Blue Jean, pero nunca había sido galardonado en categorías musicales pese a su extensa carrera.

Los latinos

En el terreno de premios latinos, el dúo mexicano Jesse & Joy ganó el primer Grammy de su carrera, al mejor álbum de pop latino, por su disco Un besito más. Chucho Valdés (Tribute to Irakere: Live in Margiac) ganó el trofeo al mejor álbum de jazz latino, en tanto que iLe (Ilevitable) se llevó el gato al agua en la categoría de mejor álbum de rock latino/urbano o alternativo.

Asimismo, Vicente Fernández (Un azteca en el azteca, vol. 1 en vivo) triunfó en el campo de mejor álbum de regional mexicana, y José Lugo y Guasábara Combo (¿Dónde están?) hicieron lo propio en la categoría de mejor álbum latino tropical.

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